La madrugada del pasado 1 de junio desapareció el vuelo AF 447 que iba de Río de Janeiro a París con 228 personas a bordo. De la catástrofe solo se saben dos cosas con certeza: La aeronave atravesó una zona de tormentas antes de perderse, y en sus últimos cuatro minutos de comunicaciones emitió alertas sobre fallos y registros de velocidad incoherentes.
Todo lo demás, desde la causa del accidente hasta el sitio exacto donde cayó, son meras especulaciones. Las siguientes son algunas de las principales claves del suceso.
¿Qué pasó con el vuelo AF 447?
El avión de Air France despegó con 228 personas a bordo del aeropuerto de Río de Janeiro la tarde del domingo 31 de mayo (medianoche en la península española) y tenía previsto aterrizar en el Charles de Gaulle de París a las 11.15 h del 1 de junio. Durante la madrugada atravesó una zona del Atlántico en la que no hay cobertura de radares y los pilotos tienen que comunicar su posición cada cierto tiempo. A las 3.33 (siempre hora peninsular española) el piloto informa su posición, poco después de pasar las islas brasileñas Fernando de Noronha y antes de entrar en una tormenta. Fue la última comunicación: la siguiente iba a ser a las 4.40 h, pero no se produjo, lo que hizo saltar las alarmas e inició la búsqueda de la aeronave.
¿Pudo haber sido derribado por un rayo?
Fue la primera hipótesis, dado que el avión atravesó una zona de tormentas. Sin embargo, los expertos han apuntado que, por si solo, un rayo no puede derribar una aeronave, pues están diseñadas para resistir ese impacto y, de hecho, ya se han dado casos de vuelos que siguen su curso tras una descarga de esa naturaleza. Otra cosa es que un rayo haya producido problemas (como un cortocircuito que haya dejado a la tripulación sin sistemas de navegación) o que se haya sumado a otro incidente, como la despresurización de la cabina.
¿Explotó en pleno vuelo?
Es otra teoría citada por varios medios, entre ellos el diario francés Le Figaro, aunque el Gobierno de Brasil lo ve improbable ya que es lo que sugiere la gran mancha de queroseno hallada en la posible zona de impacto.
¿Fue un atentado terrorista?
Otra de las primeras hipótesis investigadas. Las autoridades han revisado la lista de pasajeros y no han encontrado en ella a ningún pasajero sospechoso de actividades terroristas. Un día después del accidente, el ministro galo de Defensa, Hervé Morin, dijo que no se podían descartar este tipo de actos. "No podemos descartar un acto terrorista ya que el terrorismo es la principal amenaza a las democracias occidentales, pero en este momento no tenemos ningún elemento en absoluto que indique que un acto de este tipo pudiera haber causado este accidente".
¿Por qué no evitó la tormenta?
Es un verdadero misterio. Los pilotos ya conocen que esa área del Atlántico es una zona de convergencia intertropical en la que suelen producirse tormentas. Además, los aviones cuentan con radares meteorológicos para localizarlas y evitarlas, según indica el experto del Colegio Oficial de Pilotos de Aviación Comercial, Francisco Cruz. Incluso otro vuelo de Iberia que volaba siete minutos por detrás del de Air France, pero con destino a Madrid, sí cambió su ruta para evitar la tormenta.
¿Dónde podrían encontrarse los restos del avión?
Las operaciones de búsqueda se concentran en una zona próxima a las islas de São Pedro y São Paulo, unas formaciones rocosas deshabitadas situadas a unos 704 kilómetros del archipiélago brasileño de Fernando de Noronha y a 1.300 kilómetros de Recife, en donde está el comando de las operaciones. En esa zona, el Ejército brasileño encontró unos restos de los que, en un primer momento, se pensó que pertenecían al vuelo, pero finalmente no estaban relacionados con la aeronave.
¿Es posible que haya habido supervivientes?
Es muy poco probable, dadas las condiciones en las que se pudo producir el accidente y las bajas temperaturas en alta mar. Las autoridades brasileñas ya lo han descartado y ha señalado que la máxima prioridad es rescatar los cuerpos. Pero incluso este rescate es poco probable: los restos de la aeronave, de encontrarse, pueden estar a una profundidad de hasta 5.000 metros.
¿Se podrán encontrar las cajas negras?
Los datos contenidos en las cajas negras son vitales para saber con exactitud lo ocurrido. Los equipos tienen un mes para localizarlas: es el tiempo durante el cual el dispositivo sigue funcionando y emite una señal. Tras ese plazo, encontrarlas es prácticamente imposible. Podrían estar junto con los restos del avión a unos 4.000 o 5.000 metros de profundidad en el océano. "Es como buscar una aguja en un pajar", ha asegurado Mª Carmen Fernández Puga, profesora de la Universidad de Cádiz.
¿Quienes participan en la búsqueda?
Los restos son buscados por un equipo internacional formado principalmente por naves y aviones de Brasil, Francia y España. También cuentan con el submarino francés Nautile, que ha sido usado en la búsqueda de los restos del Titanic. Unos restos que, pese a la enorme popularidad del naufragio, no fueron encontrados hasta 1985, 73 años después.