Una mafia rusa de Guipúzcoa quería comprar un niño para vender sus órganos

Una mafia rusa asentada en Guipúzcoa con ramificaciones en Álava y en Cataluña, dedicada a extorsionar a empresarios originarios de los países del Este de Europa, pretendía comprar un niño en Francia por 5.500 euros para lucrarse después con la venta de sus órganos.Ésta es una de las principales imputaciones que el juzgado instructor del caso hace a los integrantes de la banda en un auto, en el que se detallan las actividades delictivas de los 25 supuestos miembros de la red, que estaba perfectamente "estructurada y jerarquizada".

El líder del grupo era un "niño de la guerra" asentado desde hace diez años en Guipúzcoa, con doble nacionalidad rusa y española, y que era conocido en el mundo del hampa como 'Vor v zakone' (Ladrón de ley), quien "disfrutaba de un elevado nivel de vida y utilizaba vehículos de gama alta".

Numerosas detenciones

El primer golpe policial fue el 13 de enero de 2008, cuando la Guardia Civil arrestó a tres integrantes de la 'célula de robos' cuando se disponían a abandonar España en coche para comprar un niño en Francia con la intención de comerciar posteriormente con sus órganos.

Días después fueron detenidos otros miembros del grupo, como el cabecilla y su mujer en San Sebastián, a los que se les intervino droga y dinero. También fueron arrestados un hombre y su madre, quienes regentaban un local donde la banda se reunía y escondía los efectos robados.

También cayeron los cuatro miembros de la 'célula de extorsión', quienes residían en Aia (Guipúzcoa). Otro de los imputados se hizo con el liderazgo y comenzó a planificar nuevas operaciones, como el secuestro exprés de un empresario georgiano residente en Bilbao.

Paralelamente, el nuevo jefe habría ordenado a otros cuatro miembros que fueran a Italia para robar en viviendas y así "mantener" los ingresos de la banda, aunque todos fueron capturados. El 2 de marzo de 2008, la Guardia Civil, que inició la operación Nala a mediados de 2007, decidió arrestar al nuevo jefe y a otros miembros.

El juzgado de San Sebastián que instruye el caso considera que presuntamente los diferentes miembros de la banda están implicados en delitos de asociación ilícita, extorsión, amenazas, daños contra el patrimonio, receptación, contra la salud pública, tráfico y tenencia ilícita de armas, falsedad documental y contra la Ley de Extranjería.